“…y un olor a salud subía calles arriba yodando nuestro cuerpo… el ocle, tendido al sol, forma parte de nuestro paisaje…”
Lo primero agradeceros a todos aquellos que hicistéis una entrada en este blog y propusisteis un nombre para nuestro restaurante: "Vegetar", "La mesa del mundo", "Madreselva"," Pulpa de Tamarindo", "Gourmet Vegetariano"...otros nombres nos llegaron de viva voz, "Xinta", "Cúrcuma", "Rúcula"..., otros están propuestos con muy mala leche pero con mucho corazón "la Guerra de los Vegetales" "¿Vegetales?, no gracias"...en fin a unos y a otros, os decimos GRACIAS!!!! y os anunciamos que se llamará....OCLE
Así que después de tanto rompernos la cabeza y, convencidos de que la mayoría de la gente lo llamará "el vegetariano", decidimos darle un nombre que "suena bien, es corto, sonoro y salado" según nos dices desde el otro lado del Atlántico, en fin creemos que OCLE responde a lo que queremos hacer; es algo natural, tiene que ver con Asturias, con el trabajo duro de nuestra gente, y también con la cocina de lo vegetal, con las nuevas tendencias y los nuevos productos que llegan a nuestra cocina “las algas”, en fin, que tiene que ver con nosotros y esperamos que con vosotros también… Os dejo con la historia , la descripción y las reivindicaciones de quienes extraen el ocle del mar…
“…pues Ocle es como se conoce en Asturias a la alga Gelidium sesquipedale. Se trata de un alga roja que puede llegar a superar los 25 cm de longitud. Vive en zonas rocosas sumergidas de la costa formando grandes campos. También se las puede ver en los pedreros en las zonas más próximas a la bajamar o en las lagunas y charcas que quedan después de retirarse la marea. Pero siempre en zonas con buena oxigenación del agua y movimiento de olas. En el Atlántico se extiende desde las Islas Británicas hasta Mauritania.
Los usos:
Los temporales otoñales arrancan enormes cantidades de ocle que cubren las playas. Tradicionalmente estas y otras algas eran recogidas por los campesinos de la costa y se utilizaban como abono. Se bajaba con carros de bueyes hasta la playa para recoger las algas. O se instalaban tirolinas y cables para subir los sacos de algas. En la costa del Cabo Peñes todavía se pueden ver restos de las estructuras que sujetaban los cables y de los motores que izaban las cargas.
Este uso, como abono, fue algo típico hasta hace unos 30 ó 40 años, en que se empezó a recoger el ocle para venderlo a las industrias quimicas, donde se extrae el agar. El agar es un glúcido complejo que se utiliza en alimentación, farmacia, industria, etcétera...
Hoy en día las algas se recogen directamente en sus campos submarinos. Y a ello se dedican más de medio centenar de personas. Se trata de un trabajo muy duro para los submarinistas con escasos beneficios. De echo hace un par de años el colectivo de buceadores denunció las condiciones de inseguridad laboral y se quejaban de que los hospitales asturianos no contaban con una cámara hiperbárica ni con el equipo médico necesario para realizar la descompresión, por lo que, en caso de producirse un accidente habría que recurrir al centro más cercano con este tipo de maquinaria, situado en el Hospital Marqués de Valdecilla, en Santander…”
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